domingo, 22 de enero de 2012

Del ayer al hoy, en un tránsito por el Camino Real


ABELARDO AHUMADA

EL viernes 20, a lo largo de todo el día y dentro del contexto conmemorativo del 485 Aniversario de la fundación de la Villa de San Sebastián de la Provincia de Colima, se llevó a cabo en el Salón Enrique del Hotel Ceballos, el Primer Coloquio Regional de Crónica e Historia, teniendo como temática general las Historias Compartidas Sobre el Camino Real y sus Ramales, que por imperiosa necesidad tienen los pueblos de Jalisco y Colima.
Convocados por la directiva de la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades de Colima, 26 autores e investigadores de Guadalajara, el Sur de Jalisco y todo Colima enviaron desde septiembre sus respectivos trabajos, porque el mencionado evento habría de verificarse durante los días 14 y 15 de octubre anterior. Pero como el huracán Jova azotó la entidad dos días antes, se tuvo que posponer y se programó en consecuencia para el 20 de enero. Propiciando así que los asistentes pudieran participar también en la ceremonia oficial conmemorativa que promovió el ayuntamiento capitalino. Última ceremonia, por cierto, en la que participaría como alcalde Ignacio Peralta Sánchez, quien un par de horas más tarde habría de solicitar licencia al cabildo, para participar en otra contienda electoral.


A las 10 horas, el profesor Omar Cárdenas López, director de Cultura del Municipio de Colima, y el profesor José de la O Holguín, presidente de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, inauguraron el coloquio ante una numerosa concurrencia, integrada en su mayoría por académicos, investigadores, cronistas y narradores.

La primera participante fue la maestra en Historia, Mirtea Acuña Zepeda, quien presentó un interesantísimo trabajo sobre unos bandidos que asolaron el Camino Real durante algunos años del siglo XIX. Participó enseguida el eminente cardiólogo, Cuauhtémoc Acoltzin Vidal, enamorado también de la historia, con el relato Fantasmas del Camino Real de Colima, un texto muy ameno en el que refirió un viaje imaginario reciente de los fantasmas de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Miguel Miramón y Ramón Corona, próceres de los siglos XVIII y XIX que al menos durante una ocasión transitaron por dicha ruta.


Víctor Gil Castañeda, catedrático de la Facultad de Letras de la UdeC, hizo gala de su erudición al referir sintéticamente los argumentos de tres novelas de los siglos XIX y XX que hablan de hechos ocurridos en/o junto al Camino Real, y teniendo como particular escenario los bosques y las quebradas de los volcanes de Colima. El doctor Alfredo Juárez Albarrán, especialista en Urología y entusiasta biógrafo de cuando menos un ciento de colegas suyos, expuso la vida y la obra de Maurice Rugendas, pintor alemán que estuvo en Colima durante los años 30 del XIX y pintó interesantes litografías sobre los paisajes colimotes, incluyendo, desde luego, escenas del Camino Real.

El profesor José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco, y paisano por ende del famoso Juan Rulfo, describió cómo fue que su pueblo y su comarca pasaron a formar parte del Departamento de Colima durante la época de Maximiliano, y de cómo se acrecentó, en consecuencia, la vinculación de todas esas partes del Sur de Jalisco con los municipios de Colima.
Todo ello muy en consonancia con lo que a su vez expusieron, caa uno en su turno, y con sus propios estilos, el licenciado José Mancilla Ramírez, y el profesor Héctor Manuel Mancilla Figueroa, minatitlenses los dos, al referirse a un antiguo ramal del camino que había, desde el siglo XVI, desde los rumbos de San Gabriel hasta la costa colimota. Y cuyo trazo iba, poco más o menos, por donde ahora discurre la carretera que va desde Manzanillo a Minatitlán, y de la que se pretende hacer hasta San Gabriel y la Sierra de Tapalpa. Mencionando, por ejemplo, que era tanta la vinculación de todos aquellos pueblos, que en 1833, tras haber huido de una epidemia de cólera que se produjo en su área, nueve familias de San Gabriel fundaron la ranchería de El Mamey, que con el tiempo se convirtió precisamente en Minatitlán.

Bertha Luz Montaño Vázquez presentó a su vez una breve síntesis de las Memorias de don José Julián Ignacio Vázquez Bravo, tatarabuelo suyo, nativo de Sayula. Un hombre muy rico e influyente de la segunda mitad del siglo XIX. Quien dejó escritos vívidos testimonios de lo que le tocó ver y padecer sobre el Camino Real. Pues no sólo organizó un dificultoso viaje en bestias desde su tierra a Manzanillo, con el único propósito de que sus hijos conocieran el mar y los barcos, sino que también fue secuestrado por unos salteadores del Camino, debiendo pagar la entonces casi increíble suma de 5 mil pesos por su rescate.

El cartógrafo Jaime Pizano Alcaraz describió cuáles eran los trazos y las subdivisiones que tuvo el Camino Real ya en la ciudad de Colima, y hacia dónde iba cada uno. El profesor Antonio Magaña Tejeda, cronista de Cuauhtémoc y colaborador dominical de Diario de Colima, refirió cómo “Los Ranchos de San Jerónimo” nacieron precisamente “a la vera del Camino Real”, y cómo se fueron transformando hasta convertirse en el bonito pueblo que es Cuauhtémoc. América A. Arellano Cerritos, investigadora adscrita al Archivo de la Arquidiócesis de Guadalajara, describió los puestos estratégicos que sobre el Camino ocuparon Atenquique y Platanar, en la jurisdicción de Tuxpan, Jalisco.

Salvador Olvera Cruz, cronista de Villa de Álvarez, se refirió por extenso al papel que jugaron los mesones del camino, y a los que a su vez desempeñaron para el comercio y otros asuntos, los mesones que hubo primero en la Villa de Colima, y luego en la ciudad. El doctor José Salazar Aviña, excronista de Tecomán, refirió por su cuenta, casi todos los puntos que tocaba el antiguo camino entre su pueblo y Colima, destacando cómo fue que primero desapareció el pueblo de Caxitlán, y luego el de Valenzuela, propiciando así el resurgimiento de Tecomán hasta la fecha.

El profesor Juan Manuel Almaguer hizo un prolijo repaso a Las Casas de Gobierno en la Provincia de Colima, desde sus orígenes hasta la desaparición del Palacio del Ayuntamiento y su conversión en Palacio de Gobierno de Colima en 1877. Don José Ángel Chávez Nájar, cronista de Tecalitlán, expuso cómo fue fundado su pueblo en 1774 por el último alcalde mayor de Colima José Pérez Ponce de León, y cómo fue también que dicho alcalde mandó acondicionar un ramal del Camino Real entre ese pueblo y la entonces Villa de Colima.

La investigadora María Irma López Razgado presentó un “adelanto de investigación” sobre ciertas “redes familiares y de comercio” que operaban hacia finales del siglo XVIII entre algunos vecinos de la Villa de Colima y poblaciones tan lejanas como Valladolid y Toluca. Alegre y bienhumorada como es en todas sus participaciones, la investigadora Magdalena Escobosa Haas explicó cómo fue que gracias a la decisión del primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza se abrió y acondicionó entre 1541 y 1542 el Camino Real de Colima, vía que al abrirse hasta la costa, facilitó la continuación de las exploraciones marítimas.
Enrique Ceballos Ramos, convertido ahora en entusiasta editor, hizo referencia a la vida y a la obra del padre Roberto Urzúa, el primer relator colimense que, basando principalmente en testimonios que le brindó su abuelo, emprendió la tarea de escribir la historia del multicitado Camino Real. Y yo presenté una serie de fotografías que tomé el sábado 8 de octubre pasado para documentar la primera cabalgata del siglo XXI, sobre los tramos que restan de aquella importante rúa, desde Tonila, Jalisco, hasta Chiapa, Colima. Y hubo seis autores más que lamentablemente no pudieron acudir al evento. Pero habiéndole tocado al resto y a sus acompañantes participar en una muy grata comida campestre bajo unos árboles gigantescos del Parque Regional, en la ciudad de Colima, y en una cena deliciosa en la Casa de la Cultura, de Villa de Álvarez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CONFERENCIA DE ABELARDO AHUMADA EN EL ARCHIVO DE COLIMA

CRÓNICA EN IMÁGENES José SALAZAR AVIÑA