jueves, 28 de noviembre de 2013

CRÓNICA EN IMAGENES

José SALAZAR AVIÑA



Publico atento y respetuoso.

El patio central de la presidencia de Colima se llenó¡¡¡¡¡¡¡¡

Inició Miguel Chávez Michel

Estuvo el presidente municipal

Asi se vió el evento, noche memorable

domingo, 20 de octubre de 2013



La Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades del Estado de Colima, A. C. y el Archivo Histórico Municipal de Zapotlán el Grande, Jal.,
en vinculación con el Ayuntamiento Municipal de Manzanillo, Col.

CONVOCAN

A todos los cronistas, historiadores y narradores de los Estados de Colima, Jalisco y Michoacán a participar en el Tercer Coloquio Regional Crónica, Historia y Narrativa, que se realizará en la ciudad de Manzanillo, Col., el sábado 18 de enero de 2014, bajo el tema genérico Relatos de Mar y Tierra. 

II.- Propósitos del Tercer Coloquio:

Reseñar, exponer y difundir el mayor número de crónicas, historias y relatos que hasta el cierre de la presente convocatoria se hayan podido escribir sobre los vínculos que incidental, fortuita o intencionadamente existan (o hayan existido) entre los ranchos, pueblos y ciudades de nuestra región con el mar, sus playas y, particularmente (pero no exclusivamente) con el puerto de Manzanillo.

III.- Bases:

1.- Podrán participar como ponentes todos aquellos compañeros cronistas, historiadores y narradores de la región del Sur de Jalisco, del Estado de Colima y de los pueblos y ciudades de las entidades vecinas que deseen sumarse.

2.- Las ponencias deberán tener un máximo de 10 cuartillas, tamaño carta, con letra Calibri 12, y hasta 5 fotografías anexas con su respectivo pie de foto incluido. Recalcando por nuestra parte que, para facilitar la edición final del libro y los discos compactos que surjan de este coloquio, NO DEBERÁN DARLE A SUS TEXTOS NINGÚN FORMATO PARTICULAR, SALVO EL QUE AUTOMÁTICAMENTE BRINDA LA COMPUTADORA.

3.- Su presentación o envío será en cualquiera de las siguientes formas:

A) Por correo electrónico, desde la fecha de publicación de esta convocatoria, hasta el 20 de diciembre de 2013, a los siguientes correos: abeahu54@hotmail.com (en Colima); argueho@hotmail.com (en Manzanillo) y fernandocastolo@hotmai.com (en Ciudad Guzmán).

B) Mediante la entrega de un disco compacto a uno de los siguientes domicilios: Archivo Histórico Municipal de Ciudad Guzmán, a cargo del Arq. Fernando González Castolo (centro de Ciudad Guzmán, Jal); a la Biblioteca Julia Piza, a cargo del Cronista Horacio Archundia Guevara (centro de Manzanillo, Col.), o Pino Suárez 54, Colonia El Llano, en Villa de Álvarez, Col., con Abelardo Ahumada.

IV.- Difusión y publicación:

Las organizaciones convocantes se comprometen a difundir la realización del Coloquio a través de los medios de comunicación locales y a publicar inicialmente en CDs todos los trabajos presentados y, de ser posible, en un libro colectivo similar a los que se publicaron tras el primero y segundo Coloquios Regionales, del que se entregarán cinco ejemplares a cada uno de los participantes.

V.- Inscripción:

1.- Considerando que un evento como éste exige saber con anticipación cuántas personas habrán de participar, se les solicita a quienes piensen acudir, inscribirse por correo electrónico antes de que venza el plazo señalado, pudiendo registrar un acompañante por persona.

2.- Los organizadores ofrecerán servició de cafetería durante el coloquio y la comida del día.

VI.- Programa.

El Tercer Coloquio se desarrollará bajo programa de próxima publicación, el sábado 18 de enero de 2014, en un salón del hotel Brisas del Mar, en la ciudad y puerto de Manzanillo.

VII.- Información complementaria.

Para mayor información y detalles, los interesados podrán revisar la Convocatoria completa en cronistascolima.blogspot.com/‎, dirigirse a los correos ya mencionados o hablar a los siguientes teléfonos: (341) 575 25 77; (311) 1 15 60; 045 (314) 103 44 66.

Colima, Col., 01 de octubre de 2013.

A t e n t a m e n t e



Profr. Abelardo Ahumada González 
Presidente 


Lic. Miguel Chávez Michel 
Secretario 


Horacio Archundia Guevara 
Cronista de Manzanillo 
(Anfitrión) 



domingo, 28 de julio de 2013

Las ruinas del Mesón de Caxitlán y los esfuerzos del padre Urzúa


28 de julio de 2013.

Abelardo Ahumada

El jueves 25 del mes en curso se llevó a cabo la decimoquinta sesión solemne que las sucesivas legislaturas locales han programado en las ruinas del Mesón de Caxitlán, para conmemorar en este caso el CDLXC (490) Aniversario de la Fundación de la Primitiva Villa de Colima. Sesión a la que concurrieron 23 de los 25 diputados en turno; el Secretario General de Gobierno, en representación del Gobernador; un magistrado cuyo nombre no registré, en representación también del titular del Poder Judicial; el presidente municipal de Tecomán, su Cabildo y un buen número de invitados especiales que, aun bajo la sombra que les brindaban unos toldos de tela blanca, padecieron, fuera de las oficinas climatizadas a que tan bien acostumbrados están dichos funcionarios, el calor húmedo que suele presentarse en toda esa verdísima zona de nuestra entidad.
Aunque la hora oficial para el inicio de la ceremonia estaba marcada para las 10 de la mañana, la mayor parte de los protagonistas del acto llegaron tarde y, por consiguiente, sin tener ningún respeto ni consideración para las personas que sí acudieron con puntualidad, los diputados iniciaron su sesión 40 largos minutos después. Tardanza que se les podría perdonar, de no ser porque casi todos los oradores alargaron el evento al repetir en sus consabidas salutaciones, los nombres y los cargos de cuantos individuos prominentes ubicaron allí, pese a que desde al principio el maestro de ceremonias ya los había anunciado.
Pero como lo que nos importa hoy no es resaltar las fallas de los implicados, ni la falta de criterio quienes ofenden al público llegando tarde a los actos, quiero proponer a nuestros lectores que si no han ido nunca a conocer las ruinas del mencionado Mesón de Caxitlán, esta semana que inicia sería una muy buena oportunidad de hacerlo, antes de que la vigorosa maleza cubra de nuevo ese ámbito, que hoy se le puede ver limpio y desmontado.
¿Pero por qué ir, o para qué ir a ver sólo un cúmulo de ladrillos arruinados en medio en medio de un trozo de selva? – Pues para conocer los últimos vestigios que restan de nuestro pasado colonial, en el punto más cercano a donde no nada más fue fundada la villa española de Colima, sino a donde antes estuvo el pueblo de Caxitlán, al que se considera que pudo haber sido la capital de nuestros antepasados colimecas y residencia, por ende, del último gran tlatoani, cuyo nombre exacto lamentablemente no conocemos, y tal vez no conoceremos nunca.
El entorno donde hoy se miran las venerables ruinas del espacioso mesón que hasta 1818 estuvo allí, se caracteriza por la feracidad de la tierra, por la abundancia de palmares y huertas de mango, limón, plátano, papayo y tamarindo, irrigadas por un utilísimo canal proveniente de la Presa Derivadora de Jala, así como por la presencia de muy numerosos hatos ganaderos de primerísima calidad. Por lo que no se parece, prácticamente en nada al que rodeó a los nativos que durante siglos allí vivieron, ni al que pudieron observar los conquistadores hace 490 años. Pero pese a esas grandes diferencias medio-ambientales que debieron existir entre un tiempo y otro, algo que nos impresiona siempre que vamos allí, es el hecho de ver esos poderosos muros estrechados por las raíces de algunos árboles o derrumbados por el abandono y los terremotos, forzándonos a reflexionar en nuestro propio presente, sabedores que en un futuro no demasiado lejano, tampoco nosotros estaremos ya aquí.

01 Al padre Roberto Urzúa Orozco se deben las iniciales exploraciones de las ruinas del Mesón de Caxitlán.
El primer individuo que comenzó a explorar esa zona en busca de algunos vestigios que le pudieran indicar dónde pudo haber estado el pueblo de Caxtitlán no fue ningún historiador ni ningún arqueólogo profesional, sino un sacerdote curioso al que le tocó la suerte haber sido párroco de Tecomán durante 19 años, en las décadas de los 50as y los 60as del siglo pasado. Se llamaba Roberto Urzúa Orozco, fue licenciado en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, catedrático del Seminario Conciliar de Colima, párroco de Zapotitlán, Tecomán y Coquimatlán y Juez Eclesiástico del Obispado. Él escribió muchísimo sobre la historia local, y un día de junio de 2005, me platicó:

“Nací en Colima, [el 22 de mayo de 1926] en una casita que había por la calle Zaragoza, precisamente en donde está hoy el colegio Rafaela Suárez, donde aprendí a caminar e hice mis primeras travesuras… Mi papá era Juan Nepomuceno Urzúa, quien se dedicaba alternadamente al comercio en pequeño y a la administración de haciendas. Cosas de ésas…  Un día, ya casi para entrar al 4° año de primaria, me llevaron a vivir a Tecomán: Era un pueblito de calles arenosas. Muy pequeño. Sólo las calles que hoy diríamos céntricas y nada más. Caminabas dos cuadras hacia cualquier lado y ya era el monte: una güinarera.[1] A dos cuadras también estaba el camposanto, y eso era todo Tecomán. Nada de platanares, limoneras o palmares como lo vemos hoy. Una simple ranchería arenosa, caliente, muy caliente… No tenían las calles pavimentadas, ni banquetas, y no recuerdo que hubiera una sola casa de ladrillo. La mayoría de las casas de horcones y de varas, con piso de tierra. Las más elegantes, se puede decir, eran de pajarete, como se llamaba: varas tejidas también, pero cubiertas con lodo aplanado. Casas primitivas, pues, pero un tanto frescas porque se colaba el viento… El padre José María Arreguín era el párroco, y él fue quien me indujo a entrar al Seminario. Al que ingresé poco después del terremoto de 1932, que me tocó padecer estando todavía en Tecomán… Casi veinte años después, el señor obispo, don Ignacio de Alba, me ordenó irme como capellán a Tecomán para auxiliar a mi ya muy anciano padrino. Y cuando él murió, me quedé allí, ya como párroco titular… Desde chiquillo había visto que aun cuando la parroquia de Tecomán tenía como su patrón a Santo Santiago (el 25 de julio), también celebrara unas fiestas  dedicadas a la Virgen de la Candelaria (el 2 de febrero), y ya como cura me intrigaba saber cómo, por qué o desde cuándo habían iniciado esas tradiciones religiosas… Unos meses después de que me incorporé al curato, mientras me hallaba tratando de limpiar un empolvado cuarto, vi una caja vieja que abrí, y en la que me encontré unos libros parroquiales muy antiguos. Los desempolvé y los comencé a hojear, dándome cuenta de que uno de ellos tenían por lo menos dos siglos, dada la caligrafía con la que estaba escrito… Con mucho cuidado, porque había unas hojas casi deshaciéndose, comencé a tratar de inteligir qué decía esa escritura tan difícil de interpretar, y me encontré con que hablaba de cosas ocurridas en un pueblo muy antiguo del que nadie se había ocupado antes, y que se llamaba Caxitlan o Caxitlán. Me emocioné con el descubrimiento y me comencé a interesar por conocer esa veta histórica que nadie, al parecer, había explorado […]

Busqué a don Alfonso de la Madrid para que me ayudara a paleografiar unas copias fotográficas que le tomé a la carátula y a algunas páginas de ese libro que, aun datando de 1700, decía libro nuevo por lo que deduje que si éste era nuevo, debió de haber existido entonces un libro antiguo que desafortunadamente no llegó a mis manos, pero que, igual, debió de abarcar también los datos de casi un siglo, como abarcaba ése.

Don Alfonso de la Madrid y otros paisanos aficionados a la historia local me comenzaron a compartir otros documentos que iban hallando y que lo mismo hacían referencia sobre el desaparecido pueblo de Caxitlán y su parroquia. Después junté todos los datos obtenidos, inferí la posibilidad de que Caxitlán haya tenido que estar muy cerca del Río Grande de Nahualapan (hoy Armería), en el Valle de Tecomán y, finalmente comencé a explorar el área con ayuda de guías locales, no hallando vestigios de ningún pueblo, hasta alguien me dijo que había visto las unas ruinas y me fui a explorarlas, deduciendo por su extensión y formas, y algunas noticias recogidas en los libros parroquiales, que aquél debió de haber sido el Mesón de Caxitlán.

02 Réplica de una vivienda de las que prevalecían en el área durante los años de la conquista.

Seguí estudiando el libro y otros documentos hasta tener la certeza histórica de que la parroquia de Caxitlán se quemó hacia 1800, obligando al cura de aquel entonces a cambiarla a Santiago Tecomán, donde prosiguieron los cultos ya señalados.

03 La naturaleza y el abandono han venido dando lenta cuenta de lo que fue un próspero antecedente de los hoteles actuales.


[Después de estar todos esos 19 años en Tecomán, fui trasladado a Colima y, ya ahí, teniendo tiempo para dedicar a la historia…] fueron saliendo, entre varios otros textos que en este momento recuerdo, y que no te los mencionaré en orden, El Hospital de Tecoman, relativo a la existencia de los primeros hospitales franciscanos que hubo en nuestra región […] Las Parroquias de Caxitlan y Tecoman, que derivó del estudio de aquel antiguo libro revelador del que te platiqué hace rato. Luego escribí un largo capítulo titulado Los Tecos, un pueblo sin historia, y obviamente, otros fascículos sobre la Conquista de Coliman.

Con ésos y otros fascículos integré finalmente un libro que titulé Coliman, Caxitlan y Tecoman. Que fue seguido por mi Trilogía Histórica de Colima, que contiene un largo estudio sobre El Camino Real de Colima; otro que titulé La Muerte del Indio Alonso, y uno más, relacionado también con la conquista de Tecomán, sobre la vida de Jerónimo López, un soldado español que vino aquí junto con Gonzalo de Sandoval, y que, según él mismo escribió en una carta, permaneció dos años viviendo en la Villa de Colima, yendo a pelear en donde se necesitara, pensando que le dieran un premio o galardón por los esfuerzos y gastos que aquí había realizado, perdiendo incluso un par de carísimos caballos en ello”.

04 El Congreso local y sus invitados especiales posando para la histórica foto junto al único muro del mesón que permanece en pie.

Este jueves 25, sin embargo, como no hubo nadie que hiciera la más mínima alusión al trabajo de este investigador durante la ceremonia conmemorativa del  CDLXC (480) Aniversario de la Fundación de la Primitiva Villa de Colima, quise yo mencionar al muy culto y entusiasta investigador, Roberto Urzúa Orozco, quien falleció, a los 82 años de edad, el 5 de junio de 2008.

05 Invitados especiales, los cronistas del estado de Colima.

Entiendo que quizá el padre Roberto encontró su vocación de historiador por un evento  circunstancial, pero entiendo también que de no haber sido por las investigaciones y las exploraciones que él realizó, tal vez no tendríamos hoy tanta y tan bonita luz sobre nuestros orígenes como colimenses. Lo que me lleva a decir que quienes vivimos en Colima tenemos una deuda de honor y agradecimiento con el padre Roberto Urzúa Orozco. En cuyo recuerdo muy bien podría imponerse su nombre a una escuela, una plaza o una avenida. Reconociéndole así, el grato y agradecido recuerdo que conservamos de él.

06 La sesión de nuestra asociación de cronistas y nos acompaña el Presidente Municipal de Tecomán, Ing. Héctor Raúl Vázquez Montes. 
07 Después de nuestros trabajos a compartir el pan y la sal.

08 La mar del sur, con sus peligrosos vaivenes en Pascuales.




[1] Los güinares son unas plantas herbáceas muy abundantes y sumamente resistentes, que llegan a medir hasta un metro de alto, pero crecen más rápido que las milpas y pueden ahogar a éstas. Se les considera plaga. Una güinarera sería, pues, un campo infestado de güinares.



domingo, 26 de mayo de 2013

XLVI Aniversario del Municipio de Armería


Miguel Chávez Michel

Cronista Municipal

Armería, Col. Mayo 26 de 2013.


Estimadas autoridades
Invitados especiales
Público en general
Amigas y amigos todos

Con el privilegio de poder dirigirme a ustedes, con humildad, respeto y gratitud, hago propicia la ocasión, para expresar, en el marco de este aniversario, la seguridad de mi permanente gratitud, por la oportunidad que me brindan, de sumarme, con mis modestas palabras, al propósito central de honrar la memoria de los hombres y las mujeres, que hicieron posible, que el H. Congreso del Estado, promulgara, el 26 de mayo de 1967, la creación del Municipio de Armería.
                                                                   
Desde luego, ésta efeméride, es una valiosa oportunidad de reflexión colectiva y educación cívica, en donde, además de glosar los acontecimientos que nos permitieron alcanzar la categoría de municipio, se sustenta, en la noble intención de consolidar nuestra identidad local, reforzar la conciencia ciudadana sobre nuestros orígenes y el significado histórico de ésta conmemoración.

En la memoria colectiva de todos los pueblos, existen fechas, eventos y contingencias, que resumen su historia y, por su trascendencia, además de referentes épicos, son veneros socioculturales que conforman el sentido de pertenencia de los habitantes de una comunidad, como la nuestra.

En efecto, en nuestro devenir, la creación del municipio de Armería, compendia lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos como sociedad, producto del esfuerzo que genera el arraigarse con amor en estas tierras, en donde por igual, nativos y avecindados, han trabajado, para hacer de Armería, la casa grande en donde vivimos todos.

Para satisfacción de propios y extraños, somos un pueblo pluriétnico y pluricultural producto del trabajo de muchas generaciones. En esta región de la costa colimense, entre contingencias meteorológicas de agua dulce y agua salada, en tierra fértil y esfuerzo firme, prosperaron comunidades indígenas como Coatlan, Coyutlan y Tequepa. También en este lugar, se establecieron grupos de colonizadores y ambos, fertilizaron la estirpe de una comunidad plural y cosmopolita. Con el trascurrir del tiempo, excepcionales avecindados enriquecieron nuestro mestizaje.

En el siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX, aquí, florecieron las Haciendas de Armería, Cuyutlán y Paso del Río. Con la llegada del ferrocarril se abrieron nuevas tierras al cultivo y con el reparto agrario se alentó la llegada de nuevos pobladores a esta planicie costera.

El maremoto del 22 de junio de 1932, fue fundamental detonador, para elevar el número de habitantes, lo que motivó, que la entonces ranchería de Armería, fuera elevada a la categoría de pueblo, mediante Decreto No. 44 expedido por el H. Congreso del Estado el 29 de abril de 1935.

En el período comprendido de 1935 a 1967, nuestros padres, sin mayor capital que la fertilidad del suelo y el amor a la tierra, en su permanente esfuerzo por forjar su propio destino, no hubo reto que los amedrentara, ni circunstancia que los derrotara; por el contrario, unieron voluntades, trabajaron en equipo y agudizaron sus sentidos de exitosos emprendedores, trasformando, con la fuerza de su brazo, éstas tierras otrora inhóspitas, palúdicas e insalubres, en un vergel, hasta alcanzar, el añorado sueño, de ver a nuestro pueblo, transformado en Municipio.
Su precedente más próximo, lo encontramos en el sexenio 1961-1967) período en que fueron Presidentes de la H. Junta Municipal de Armería Don Jesús Vaca Farías y Don Eusebio Michel Rincón y ambos, con el respaldo del Pbro. Juan Hernández León, destacados pobladores, agricultores y los comisariados ejidales de la época, solicitaron la creación del Municipio de Armería al gobernador Francisco Velasco Curiel.
Los estudios socioeconómicos y topográficos pertinentes para sustentar la inminente iniciativa para que el pueblo de Armería se le concediera la categoría de Municipio fueron elaborados por el profesor Juan Oseguera Velázquez y al cartógrafo Elías Méndez Pizano.

Con estos antecedentes, a las doce treinta horas del día 26 de mayo de 1967, en el entonces centro escolar “Presidente Adolfo López Mateos”, que albergaba a la Escuela Federal Revolución en sus turnos matutino y vespertino y a la Secundaria por Cooperación No. 16, se verificó la Sesión Solemne de la cuadragésima primera Legislatura, en donde, se dio lectura al decreto No. 119, por el que se elevó a la categoría de Municipio a la zona agrícola conocida con el nombre de Armería.

Cumplimentando el orden del día, fueron designados los diputados Herminio Málaga Rojas y Enrique Bayardo López para introducir al Sr. Gobernador, quién ya se encontraba en el exterior del recinto, acompañado del  Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Lic. Julio Santana, el Presidente de la H. Junta Municipal Eusebio Michel Rincón, los Presidentes Municipales de Manzanillo, Luis García Castillo; de Coquimatlán, Antonio Estrada Márquez; de Colima, Octavio Urzúa Quroz; de Comala, Alfredo Rocha Contreras; de Cuauhtémoc, Gonzalo Verduzco Curiel; de Ixtlahuacán, Francisco Bueno Larios; de Minatitlán, J. Ascención Yánez; de Tecomán, José Espinoza Rivera, de Villa de Álvarez, José Inés Ramírez Cobián y el Regidor de Armería en el Ayuntamiento de Manzanillo Lino Corona Pérez.

En el desarrollo de la sesión, el diputado Roberto González Fuentes procedió a la lectura del Decreto No. 119. El diputado por el VII Distrito (Manzanillo) Herminio Málaga Rojas, dirigió un emotivo y conceptuoso discurso y posterior al mensaje del Sr. Gobernador, un joven maestro de la escuela Independencia, el Profesor Manuel Godina Velasco, por decisión de los líderes locales, a nombre de nuestro pueblo, le correspondió agradecer la honrosa distinción de habernos otorgado la categoría de municipio.

El diario oficial de la época relata, (abro comillas) “…La aprobación del Decreto fue sancionado por el numeroso público asistente con un nutrido y prolongado aplauso acompañado de una algarabía producida por más de un centenar de vehículos, tractores y las campanas de la iglesia, todo ello, en señal de júbilo, por este histórico acontecimiento que crea el décimo Municipio del Estado de Colima…” (Cierro comillas). Posteriormente, con cohetes, el continuado repique de las campanas, danzas folklóricas, bandas de guerra, mariachis, chirimías y bandas de música, entre gritos de júbilo, llantos de alegría y aplausos de agradecimiento, desfilaron contingentes de rurales, grupos de hombres de a caballo, los trabajadores de la fábrica de coco, salineros, niños y mujeres con vestidos típicos, tractores y carros alegóricos adornados con instrumentos de labranza y productos del campo.

Hoy, es un día especial. Es un día de fiesta. Es un día de unidad. Hoy, es el día del Municipio que forjaron nuestros padres. Sí amigas y amigos míos, hoy, en el contexto de este mago acontecimiento, créanme, aún vibran en lo más profundo de mis recuerdos, aquellas apasionantes y sentimentales emociones, que los jóvenes de la época, sentimos, al observar, escuchar y ser testigos, que el esfuerzo de nuestros mayores era coronado con el inicio de una nueva etapa para nuestro pueblo.
Semanas posteriores, el domingo 19 de noviembre de 1967 se efectuaron las elecciones locales para integrar el Primer Ayuntamiento de Armería. En el actual salón de usos múltiples Gustavo Alberto Vázquez Montes, se ubicaba el entonces “Cine Victoria” y que posteriormente se denominó “Cine Armería”, a las doce horas del lunes primero de enero de 1968 se instaló formalmente el primer Ayuntamiento que presidió Don Rosalío González Espinosa. Fue testigo de honor, el gobernador Pablo Silva García.

Años más tarde, el 31 de agosto de 1988, a iniciativa del Gobernador Elías Zamora Verduzco, el H. Congreso del Estado, mediante Decreto No. 167 elevó a la categoría de Ciudad la cabecera del Municipio de Armería.

Por todo lo anterior, en el espacio de esta fiesta cívica, aquí y ahora, para los fundadores, que ya rindieron tributo a la tierra que hicieron fructificar, hago votos, para que mis modestas palabras, en su memoria, sean un timbre de honor. Para los que aún viven compartiendo sus nobles experiencias, con gratitud y afecto les decimos muchas gracias.

Muy respetable audiencia.
Hoy, a cuarenta y seis años de distancia de habérsele otorgado la categoría de Municipio al pueblo de Armería, esta Sesión Solemne del Honorable Cabildo, nos proporciona un excelente espacio, primero, para que no se nos olvide nuestro origen; segundo, para que recordemos con gratitud, la perseverancia y el espíritu de lucha de nuestros padres, y tercero, para que juntos reflexionemos sobre el futuro que queremos para las nuevas generaciones.

Amigas y amigos todos.

Armería no es un pueblo más, tiene un origen cosmopolita y una microhistoria única y como el árbol que se nutre de la buena tierra, tiene un pasado colmado de realizaciones, un presente con enormes potencialidades y un futuro pleno de esperanzas y grandes desafíos; pero requerimos con urgencia, de un verdadero renacimiento de mentalidades y actitudes, que rompan inercias, que parecen condicionarnos.

En esta tesitura, tomando como ejemplo la tenacidad de nuestros mayores, requerimos de un nuevo modelo colaborativo que impulse la innovación, el emprendimiento y la creatividad para ubicarnos nuevamente a la vanguardia y en la ruta del crecimiento.

En su tiempo, con firmeza y visionario esfuerzo, nuestros padres y abuelos, hicieron su tarea. Llegaron a éstas tierras, sin más capital que su fuerza de trabajo. A pico y pala construyeron canales de riego, hicieron norias, sembraron cultivos perenes, construyeron carreteras y caminos saca cosechas, introdujeron la luz eléctrica y redes de agua potable, edificaron infraestructura urbana y nos dotaron de buenas escuelas. Hasta tuvieron tiempo para heredarnos parcelas en producción, tractores, vehículos y buenas casas, que hoy, con tristeza observamos, que por falta de mantenimiento se están cayendo.

A nuestros padres, nunca se les olvidó, que “la tierra, es de quien la trabaje”, luego entonces, jamás rentaron sus parcelas. Y, cuando el cansancio los agotaba, renovaban sus energías, cantando el himno del agrarista;

“…Marchemos agraristas a los campos
a sembrar la semilla del progreso,
marchemos siempre unidos sin tropiezo,
laborando por la paz de la nación.

No queremos ya más luchas entre hermanos,
olvidemos los rencores compañeros,
que se llenen de trigo los graneros
y que surja la ansiada redención…”

Lamentablemente, hoy, ya no conocemos la letra y menos la música. Tal vez será, porque nosotros lo heredamos todo y nuestros mayores, en camio, tuvieron que tomar las armas para defender las tierras que les dio la Revolución.

Amigas y amigos míos.

En el pasado, además del paludismo, víboras y alacranes, también hubo ciclones, maremotos, temblores y plagas. Además, hay registros, que los cristeros y grupos de bandoleros, en más de una ocasión, vinieron y les quemaron a los campesinos sus humildes chozas. Y nuestros ancestros, sin mayor impulso que el amor por la tierra, volvieron a levantarse.

Hoy, en efecto, son otros los tiempos y otros los problemas, pero también, nuevos tiempos, reclaman de todos nosotros, nuevos compromisos. Aquí y ahora, en este hermoso escenario de reencuentro con nuestras raíces, hagamos el compromiso de realizar nuestro superior empeño para construir un destino común, que ofrezca, a las nuevas generaciones, solidaridad social, mayores oportunidades de bienestar, progreso, equilibrio ambiental y un crecimiento económico dinámico y sostenido que genere los empleos e ingresos necesarios para mejorar la calidad de vida, desarrollo, paz, armonía y tranquilidad social.
Por lo anteriormente expuesto, con emoción, alegría y esperanza, concluyo mi humilde intervención, invitándoles, para que, así como nuestros padres y abuelos, desafiaron adversidades trabajado desde la aurora del día, hasta el crepúsculo del atardecer; nosotros, hagamos un esfuerzo adicional en la titánica encomienda de recuperar nuestra agricultura.
Sí amigas y amigos.
En un clima de buena voluntad y desarrollando al máximo nuestras potencialidades, con el mayor de nuestros empeños y lo mejor de nuestras voluntades, unidos y con orden, con renovado espíritu colaborativo, por la nueva grandeza de armería, “en terreno fértil, con esfuerzo firme”, no abandonemos nuestros cocotales, démosle valor agregado a nuestro productos, diversifiquemos nuestra producción, busquemos nuevas alternativas que nos permitan elevar la productividad y trabajemos con amor esta tierras calurosas, francas, nobles y generosas.
El pasado, el presente y el futuro de Armería, querámoslo que no, sigue siendo el campo. Esa, es nuestra vocación. Ese, es nuestro destino, vivámoslo plenamente. Quién no quiera trabajar sus tierras, mejor, que se vaya de Armería.
Felicidades y enhorabuena.

Muchas gracias.




martes, 21 de mayo de 2013

Toma de protesta y nombramiento de cronista en Armería

CRÓNICA EN IMÁGENES

Fotografías de José Salazar Aviña y Abelardo Ahumada González

Remozado el Jardín de Armería

A la sombra del edificio de la presidencia municipal, cada tarde se juntan a jugar dominó los asistentes habituales

Le dan la bienvenida una comisión de munícipes al amigo Miguel Chávez Michel

La comisión de recepción y los cronistas

Si, protesto, sonoro de Miguel Chávez Michel

Atestiguan el acto el presidente de los cronistas Abelardo Ahumada González y el cronista de Manzanillo  Horacio Archundia Guevara


Por unanimidad el nombramiento y el cabildo feliz, lo preside la Dra. Patricia Macías Gómez

 
Luego unos sopitos



Aqui la cenaduría

Nuevo cronista Miguel Chávez Michel y el presidente Abelardo Ahumada  González después de la cena.


domingo, 14 de abril de 2013

Talpa 2013, Primera parte


06 - 04 - 13

Abelardo Ahumada

Una vez más, como todos los años, y desde tiempos ya inmemoriales, se están realizando en estos días (desde finales de enero hasta mediados de mayo) las tradicionales romerías o peregrinaciones al Santuario de la Virgen de Talpa.
01 Con una extensión de 2,685 km2, y con una población que apenas ronda los 15 mil habitantes, el municipio de Talpa es un municipio serrano cuya cabecera se halla a 1,160 metros sobre el nivel del mar.

Asombra saber que un pueblo tan diminuto como éste (con apenas 8 mil 839 habitantes según el censo del 2010) sea capaz de recibir alrededor de 3 millones de visitantes en cada ciclo anual. Pero ¿por qué ocurre este fenómeno?
Una respuesta digamos laica que me ha tocado escuchar, es que se trata de un acto de idolatría ignorante y de manipulación religiosa que según eso promueve el clero para obtener jugosos recursos y mantener al pueblo sometido a sus dictámenes. Otra, en cambio, de carácter religioso, es que se trata de un acto de fe sencilla y desinteresada que realizan los fieles para pedir un favor a la Madre de Dios, o para agradecerle otros ya recibidos.
02 Nadie sabe con exactitud cuántas personas visitan cada año el Santuario de la Virgen de Talpa, pero se calcula que desde al iniciar febrero y hasta mediados de mayo transitan por allí casi 3 millones de visitantes y peregrinos.

Para este redactor, sin embargo, la explicación es mucho más compleja y abarca otras respuestas personalísimas que derivan del desahucio de algún familiar, de una extrema urgencia, y que rondan incluso el ámbito sobrenatural; en la medida que cuando se habla de verdaderos milagros se topa uno con lo misterioso, con algo que ni el cerebro más lúcido es capaz de entender.

Deseando, pues, indagar por qué sucede que miles de colimotes se organizan cada año para ir a Talpa, en 2011 me involucré por primera ocasión en una de esas romerías, con el miedo de que mi cuerpo no fuera capaz de realizar los esfuerzos necesarios para concluir las cinco larguísimas travesías de aproximadamente 55 kilómetros diarios que realizan los integrantes del grupo que me invitó a participar. Ese miedo me llevó a madrugar durante casi dos meses para  entrenarme y para prepararme sicológicamente a emprender una marcha que en cuanto a mí concierne, no tuvo, en ese primer momento, nada que ver con la fe o con la idolatría sino, como ya dije, con la simple idea de encontrar los motivos por los que tantos paisanos de la región se sacrifican para llegar, todos los años, desde muy diversos caminos, hasta ese santuario.
En el 2011, pues, emprendí el primer recorrido y publiqué aquí las primeras impresiones que tuve de esos cinco días durísimos.


En 2012 realicé el segundo recorrido y volví a publicar lo visto y oído, señalando la novedad (lo fue para mí) de que muchos de los numerosos grupos de romeros que participan en dichas jornadas actúan como según los sociólogos, historiadores y antropólogos creen que debieron actuar las primitivas tribus y, una vez concluida “la peregrinación del 2013”, pretendo, si ustedes lectores me lo permiten, compartirles, más que la reseña del viaje en sí, las reflexiones y las observaciones que pude hacer durante el fatigoso e interesante trayecto:
Lo primero que quiero comentar es el asombro que provoca el hecho de ver a ciertas personas pasadas de peso, cargadas de edad, limitadas físicamente, que emprenden y realizan esas larguísimas caminatas venciendo no sólo las dificultades inherentes a las veredas que hay que pasar, sino soportando ampollas, dolores en las articulaciones, cansancio inaudito, hambre, sed, solazo y muy fuertes fríos, según las horas que cada quien dedica a la marcha.
En ese sentido vi, por ejemplo, a un profesor de más de 60 años de edad y con aproximadamente unos 120 kilos de peso que, aun cuando no completó todos los tramos de la peregrinación, caminó, venciéndose a sí mismo, algunos de los trayectos más difíciles, deseando, tal vez, recuperar una buena condición perdida. Vi asimismo (y caminé junto a él casi tres horas por una trepada rocosa) a un borrachito consuetudinario que, aparte de llevar una botellita de agua adicionada “con arrancador”, era evidentemente  pobre, desnutrido, mal vestido, calzado únicamente con unas sandalias de talonera y que, pese a todo ello, iba feliz, alegrándonos a los demás la jornada con chistes y dichos muy suyos. Demostrándonos a la vez que tiene una voluntad muy fuerte. Al menos la suficiente para derrotar a todos esos obstáculos personales y para entrar, sobrio, enteramente sobrio, al Santuario de Nuestra Señora en la primera misa del martes de Semana Santa, como me tocó constatarlo en plan de testigo silencioso, admirado por no entender cómo es que teniendo tanta fuerza de voluntad para llegar desde Villa de Álvarez hasta Talpa en seis fatigosos días, no ha utilizado esa misma fuerza para romper el influjo del alcohol.
Muchos otros ejemplos de tesón y fuerza de voluntad volví a observar en este tercer recorrido. Habiendo uno que me llamó la atención: se trata de un cuarentón colimote que suele viajar solo, cargando una gran mochila y su bolsa de dormir. Se llama José Alcaraz Rojas, pero es mejor conocido entre los caminantes talpeños como El Boni.
03 “Vine la primera vez hace 17 años para rogar que salieran bien mi hijo de una operación en el corazón”. José Alcaraz, El Boni (derecha). “Yo vine porque pedí un milagro y se me concedió”. Heriberto Alcaraz, 69 años cumplidos.

Lo he visto, coincidentemente, los tres años. El anterior iba solo, en éste acompañado por un tío suyo: don Heriberto Alcaraz López, de 69 años de edad. Ambos con una condición física increíble, pues nos rebasaron varias veces durante el trayecto, llevando, durante los primeros dos días sus pesados cargamentos en las espaldas, hasta que durante la madrugada del tercero los vimos en una calle de Ayutla sin ellas porque, según nos comentaron, “Los Villa (otros paisanos nuestros de una constructora que peregrinan desde hace varios años) nos estuvieron marreando para que subiéramos nuestras mochilas a su camión”.
Este Boni del que les hablo fue, según testimonio de otro de mis compañeros profesores, un excelente alumno suyo en una secundaria técnica de Colima, pero que por obra del destino parece haber tenido una juventud algo tormentosa. El caso es que como se ha convertido en un famoso y admirado caminante entre la raza que transita de aquí a Talpa, aproveché nuestra llegada coincidente al pueblito de San Pedro, Jal., para detenerlo, tomarle una foto y preguntarle:
-          Hola, Boni, ¿por qué por lo regular viajas solo?
-          Porque no hay quien cargue con su mochila y yo tengo esa devoción.
-          ¿Me podrías decir por qué y desde cuándo comenzaste tú a venir a Talpa?
-          Fue hace 17 años, para rogar porque saliera bien mi hijo de una operación del corazón que le tendrían que hacer. Luego para agradecer el milagro y después para seguir abogando por la gente.
-          Y, usted, don Heriberto, ¿por qué y desde cuando vino?
-          Yo tengo apenas viniendo dos años salteados. Vengo aquí con la ayuda y con la guía de mi sobrino. Y lo que me pasó a mí, fue que yo también le pedí a la Virgen un milagro y me lo concedió. Y por eso la primera vez que vine, en el 2011, le prometí que mientras que pudiera todavía caminar volvería. Y aquí me tiene otra vez, pese a mis 69 años cumplidos.
Frente a todos estos cuatro casos que he comentado, y a muchos otros que incluso duplican el cansancio y los sacrificios que tienen que realizar otras personas más débiles o limitadas que emprenden y culminan sus marchas, uno necesariamente se vuelve a preguntar qué es lo que mueve en el fondo a todas esas personas. Y se da cuenta que fanatismo no es, sino una combinación de fe, de esperanza, de necesidad, ganas de mejorar y superarse en bien suyo o de los demás, por los que “van abogando”, como nos dijera El Boni.
04 Decenas de miles de fieles mezclados con simples aventureros y gente curiosa transitan cada semana por aquellos agrestes caminos.

Más allá de esto, que ya de por sí maravilla y ronda en lo misterioso, hay otros elementos que son muy gratificantes para los peregrinos, o para los caminantes con simple curiosidad, como su servidor: y uno de ellos es la gloriosa y significativa oportunidad de encarar, como lo hicieron nuestros antepasados más primitivos, la naturaleza en toda su magnificencia, rigor y esplendor, tanto cuando va uno caminando, bajo la frialdad de las tres o cuatro de la madrugada, por un sendero iluminado  por la luz lechosa de la Luna llena; o cuando va siguiendo un camino ancestral que bordea el curso de un río; o cuando transita, cansado, casi al punto de la insolación, bajo el ardor inclemente del Sol, y se merman todos los bríos y todos los músculos y huesos del cuerpo  reclaman dejarse caer en la primera sombra que les ofrezca el campamento esperanzador.
En ese sentido quiero cerrar esta primera parte refiriéndoles una experiencia que tuve al despuntar la tercera madrugada de nuestro recorrido: habíamos pernoctado esa tercera noche en un pueblito que se llama Casa Blanca. El despertador del profesor José Ramírez Cosío volvió a sonar a las 2:30 horas con la melodía de El Bueno, El Malo y El Feo. Levantamos rápidamente el campamento, nos abrigamos lo mejor que pudimos para enfrentar el cierzo que sopla en ese alto valle y comenzamos a recorrer el camino antiguo hacia Cuautla a las 3:15, mientras los reflejos lunares nos permitían percibir, nítidos, los perfiles de los cerros a kilómetros de distancia. Bebimos una taza de café caliente en una ermita en las afueras de Cuautla hacia las 4:45 y, cuando íbamos a reemprender la marcha y la Luna se ocultaba en el horizonte, descubrí que mi botella con agua no estaba allí, y mientras localizaba otra, mis compañeros se adelantaron y tuve que caminar solo hasta Talpita.
05 Aun cuando Talpa no es, desde la perspectiva de la Secretaría de Turismo, un “pueblo mágico”, sí lo es, desde hace siglos, desde la perspectiva de los fieles que lo visitan.

Fueron dos horas gozosas en las que, caminando por un sendero de hierba pisada, no hubo nadie que se interpusiera entre La Tierra y mi ser; o entre los millones de estrellas que cintilaban en la esplendente Vía Láctea y mis ojos que se acostumbraron a ver con su tenue luz. Todo eso antes de llegar, unos minutos después del amanecer, a Talpita, en donde en un comedor sumamente rústico, sombreado con simples ramas secas de sauces, desayuné, ya otra vez junto con mis compañeros, una vigorizante taza de canela endulzada con rompope, un plato de costillitas de cerdo con salsa verde y tres suculentas tortillas como de 30 centímetros de diámetro recién salidas del comal.
Continuará.







Ya es oficial, Colima y Ciudad Guzmán son Ciudades Hermanas

Regionales
COLIMA, COLIMA
http://www.periodicoelsur.com/noticia.aspx?idnoticia=80470
Redacción Informativo del Sur de Jalisco
buzon@periodicoelsur.com 

Miércoles 20 de Marzo del 2013
 Imprimir Nota
COLIMA, COL., (EL SUR).- En el marco de la firma del Convenio de Hermanamiento Colima-Ciudad Guzmán, se reunieron en la primera ciudad los representantes de los respectivos gobiernos municipales, Federico Rangel Lozano y José Luis Orozco Sánchez Aldana, respectivamente.

Fue el auditorio “Gral. Miguel Álvarez”, del Palacio de Gobierno Municipal de Colima, sede de la recepción oficial, donde los Secretarios Generales de cada Ayuntamiento, presentaron, uno a uno, a los regidores, directores y jefes municipales que se dieron cita ante tan importante convocatoria, en un día que fue considerado histórico por la trascendencia de la “inauguración de una nueva etapa en la historia de las relaciones entre ambas ciudades”.

El programa fue inaugurado con una exposición de motivos, a manera de glosa de antecedentes históricos, leído por el cronista municipal de Colima, Abelardo Ahumada, quien dio rienda suelta a destacar episodios en los que han coincidido ambas localidades; “un aspecto que no debo omitir estando en un recinto en el que abundan los entes políticos es, precisamente, el de los vínculos de ese tipo, establecidos, queriendo y no, por zapotlenses y colimenses”.

“Van dos ejemplos: En los primeros días de abril de 1858, estando el presidente Juárez precisamente en Colima, designó como gobernador republicano de Jalisco, al Lic. Pedro Ogazón, y él se llevó, desde aquí, hasta Zapotlán el Grande, donde estableció provisionalmente su capital, comisionado como Ministro de Guerra, a su colega, amigo y paisano tapatío, Miguel Contreras Medellín, quien al año siguiente sería impuesto, precisamente por Ogazón, como gobernador de Colima. Y el segundo ejemplo tiene que ver con don Ramón R. de la Vega, un individuo inteligentísimo, nacido asimismo en Zapotlán, el 11 de septiembre de 1811, pero que se vino a vivir desde muy chico a Colima, y que tiene la fama de haber sido el fundador del primer periódico que circuló en esta ciudad, así como de haber sido Jefe Político del Territorio de Colima, presidente de la primera Legislatura Estatal, a partir de julio de 1857, y gobernador de nuestro estado en tiempos que llegaron acá los franceses”.

“En fin, motivos hay muchos para el hermanamiento entre ambas ciudades, pero el principal es que nuestros dos alcaldes y nuestros dos cabildos actuales tengan la voluntad política de propiciarlo”, finalizó.

En su mensaje, José Orozco Sánchez Aldana, destacó que “la historia nos ha hecho coincidir una y mil veces; episodios, personajes, gastronomía, familias, paisajes, tradiciones y costumbres que han alentado este acercamiento y el cual, hoy en día, deseamos reafirmar con un convenio que nos permita reconocernos como parte de un solo mosaico cultural, que está dispuesto a enriquecerse con el intercambio de experiencias y de acciones que cada una de nuestras ciudades puede ofrecer y compartir”.

“Colima-Ciudad Guzmán, Ciudad Guzmán-Colima, deseamos estrechar esta mutua cooperación porque estamos convencidos de que esta sinergia de colaboración traerá para ambas ciudades beneficios, que se traduzcan en cristalizar proyectos que alienten la mejora en la calidad de vida de nuestros conciudadanos, desde las diversas aristas de nuestras responsabilidades en calidad de funcionarios públicos”, abundó el primer edil zapotlense.

Por su parte, Federico Rangel Lozano, se dijo complacido por ser copartícipe en estimular esta nueva era de relaciones administrativas, económicas, culturales y sociales, entre Ciudad Guzmán y Colima. Reconoció la importancia que la historia ha dado a esta comunión bilateral, y refrendó el compromiso de coadyuvar en la colaboración que, el pueblo y el gobierno que representa, puedan traducirse en mejorar acciones y logros que, en base a la experiencia, compartan.

“Soy portavoz del sentir del cuerpo edilicio y de la comunidad colimense para decirles que esta es su casa, que ahora somos hermanos, y que no habrá menoscabo para tratarnos como iguales, dada las circunstancias geográficas y culturales que alientan esta empatía y amistad, más allá de épocas y fronteras, porque compartimos los mismos anhelos y sentimientos, y porque tenemos mucho que interactuar para seguir contribuyendo al desarrollo integral de nuestros municipios, porque, finalmente, nos reconocemos como parte de esta región del jaliscolimán de Arreola”, acotó.

Al finalizar el acto protocolario, ambos Presidentes Municipales, intercambiaron una serie de obsequios, y se tomaron la fotografía oficial. La firma del mismo Convenio de Hermanamiento se llevará a cabo en Ciudad Guzmán el próximo viernes 19 de abril, según quedó acordado por ambos mandatarios.

Oficializan hermanamiento Zapotlán-Colima


Regiones
El Occidental
21 de marzo de 2013

Redacción

Siglos de acontecimientos y relaciones entre la ciudad capital del vecino estado de Colima y la antigua Zapotlán el Grande, quedan unidas para siempre al oficializarse el hermanamiento entre ambas entidades, en acto protocolario realizado en la sala se sesiones del ayuntamiento de aquél municipio, la tarde del miércoles 20 de marzo.

Una comitiva encabezada por el alcalde José Luis Orozco Sánchez Aldana, se trasladó a la Ciudad de las Palmeras, como también se le conoce a Colima, en donde fue recibida por el alcalde, profesor Francisco Rangel Lozano, los integrantes del ayuntamiento local y por la presidenta del DIF Colima, maestra Leticia Contreras de Rangel.

Tras la lectura de una amena y bien documentada crónica, de parte del Presidente de la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades de Colima, Abelardo Ahumada, en la que narró los hechos relevantes y los acontecimientos ocurridos desde el siglo XVII, cuando personajes de una y otra parte, sobre todo en el aspecto religioso, dejaron antecedentes en donde históricamente quedaron plasmadas las relaciones habidas desde ese entonces, tocó el turno al alcalde colimense mostrar sus conocimientos de esos hechos y relaciones, y de la entusiasta voluntad por él manifestada para celebrar oficialmente este hermanamiento.

Dijo que producto de este hermanamiento se podrán lograr más y mejores resultados para ambas poblaciones. "Es un día histórico, de facto existe el hermanamiento y ahora se fortalece aún más, quiero reconocer la iniciativa de nuestro amigo, el presidente municipal de Zapotlán el Grande, licenciado José Luis Orozco Sánchez Aldana, porque junto con su honorable ayuntamiento presentó la iniciativa, que el Municipio de Colima también la hizo suya", declaró el Alcalde de Colima.

Por su parte José Luis Orozco Sánchez Aldana, en su mensaje dijo que en el año de 1996 Juan José Arreola había fue objeto de un homenaje en Colima y recibió de parte de la Universidad de esta entidad el título de Doctor Honoris Causa. "En aquella ocasión el Maestro tuvo la oportunidad de exponer una serie de anécdotas personales que le hacían compartir, de manera entrañable, el cariño y el amor por Colima y por su Zapotlán el Grande, y quien pudo hacer comercio y quien plasmó la denominación jaliscolimán, convencido de la gran empatía que supervive en las gentes que la cohabitan".

"La historia nos ha hecho coincidir una y mil veces; episodios, personajes, gastronomía, familias, paisajes, tradiciones y costumbres que han alentado este acercamiento y el cual, hoy en día, deseamos reafirmar con un convenio que nos permita reconocernos como parte de un solo mosaico cultural, que está dispuesto a enriquecerse con el intercambio de experiencias y de acciones que cada una de nuestras ciudades puede ofrecer y compartir".

"Colima-Ciudad Guzmán, Ciudad Guzmán-Colima, deseamos estrechar esta mutua cooperación, porque estamos convencidos de que esta sinergia de colaboración traerá para ambas ciudades beneficios que se traduzcan en cristalizar proyectos que alienten la mejora en la calidad de vidas de nuestros conciudadanos, desde las diversas aristas de nuestras responsabilidades en calidad de funcionarios públicos.

A nombre del pueblo y Gobierno de Zapotlán el Grande, Jalisco, que me honro en representar, agradezco al pueblo y gobierno del municipio de Colima, representado en la persona de nuestro fino amigo el profesor Federico Rangel Lozano, esta cálida recepción con la cual inauguramos una nueva etapa en la historia de las relaciones entre ambas ciudades, convencidos del compromiso mutuo por seguir alentando esta nuestra entrañable amistad", dijo en su mensaje José Luis Orozco Sánchez Aldana.

En el acto se contó con la presencia de la señora Mónica Reynoso de Orozco Sánchez Aldana, presidenta del DIF Zapotlán, de los regidores Silvano Hernández López, Higinio del Toro Pérez y Daniel Rodríguez Lira, del secretario general del ayuntamiento José de Jesús Núñez y del asesor Mario Cuevas Villalvazo, así como colaboradores cercanos del Alcalde. Al término del acto protocolario se invitó a una comida a toda la comitiva y en la que departieron con los anfitriones, todo celebrado en un excelente encuentro, de amigos y buenos vecinos.

lunes, 18 de marzo de 2013

Crónica en imágenes

José SALAZAR AVIÑA

El pasado 15 de marzo del presente 2013, en punto de las 14:30 horas, los miembros de la Asociación de Cronistas de Pueblos y ciudades de Colima, a. C., nos dimos cita en el Parque Metropolitano Griselda Álvarez  de esta ciudad capital, para celebrar nuestra reunión ordinaria correspondiente al mes de marzo.
Nuestro anfitrión fue el Lic. J. Guadalupe López león, director de la institución y compañero de nuestra asociación, quien nos atendió de lo mejor y con el gusto de compartir fraternalmente los trabajos de nuestro colectivo. a continuación nuestra crónica en imágenes. Saludos.



















CONFERENCIA DE ABELARDO AHUMADA EN EL ARCHIVO DE COLIMA

CRÓNICA EN IMÁGENES José SALAZAR AVIÑA